Area de Psicología

Damos apoyo a las familias para saber cómo tratar y redirigir todas aquellas conductas de las personas con autismo que interfieren en la vida cotidiana o en su entorno. Dichas conductas pueden ser rabietas, agresiones, desobediencia y/o negativismo, conflictos con miembros de la familia (hermanos/as) o llamadas de atención.

A través de una entrevista y la observación de las conductas que se produzcan, se podrá realizar el Análisis Funcional de la Conducta.

Una vez definida la conducta objetivo y el análisis funcional de la misma pasaremos a elaborar el protocolo de intervención que definirá cual será la metodología de trabajo que se tendrá que aplicar. 

En él estarán reflejados cuáles son los procedimientos de cambio de conducta que se van a utilizar, la explicación de estos, el momento en el que serán aplicados y en definitiva todas las pautas que la familia necesite para reconducir la situación y conseguir cambiar la conducta de su hijo/a por otra más adecuada, que es supervisada periódicamente hasta que la familia o la psicóloga lo estimen.

La terapia cognitivo-conductual  o TCC se centra en la conexión entre los pensamientos, los sentimientos y las conductas. En este sentido podemos mejorar problemas emocionales al cambiar nuestros pensamientos y/o comportamientos.

Durante las sesiones, la persona con autismo aprende a identificar y modificar pensamientos que llevan a tener sentimientos o comportamientos problemáticos en determinadas situaciones, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.

La terapia cognitivo-conductual se estructura en fases de tratamiento específicas.  Sin embargo, también se adapta a las fortalezas y debilidades individuales de cada persona.

Las investigaciones muestran que esta terapia ayuda a las personas con TEA a manejar la ansiedad.  También puede ayudar a algunas personas con autismo a lidiar con situaciones sociales y reconocer mejor las emociones, puede ayudar con dificultades asociadas de salud mental. 

La TCC tiene evidencia científica probada y se recomienda especialmente para adolescentes y adultos TEA sin discapacidad intelectual asociada. 

Las funciones ejecutivas son los procesos más evolucionados de nuestro cerebro. Son aquellos que constituyen el sistema de control y regulación de la mente. Están implicadas en cualquier actividad que realiza una persona: en el trabajo, en los estudios, en las relaciones interpersonales, en las actividades de la vida diaria. En definitiva, son esenciales para realizar todas y cada una de las actividades y tareas de nuestro día a día.

A través de nuestro programa “Entrena tu Mente”, pretendemos dotar a la persona con TEA, de una mayor autonomía y aumento de sus capacidades cognitivas en habilidades como la organización, la anticipación, la planificación, la memoria de trabajo, la flexibilidad mental, la autorregulación, la inhibición y el control de la conducta, favoreciendo así una mejor adecuación y funcionalidad en cualquiera de las situaciones de su vida

La intervención es personalizada acorde a los resultados obtenidos en la evaluación inicial en la que se establecen objetivos de trabajo, que son revisados periódicamente. Una vez finalizado el programa de intervención, se dará un feedback conforme cual ha sido la evolución tras el entrenamiento.

La psicología educativa se centra en la capacidad cognitiva de los niños y niñas para aprender y generalizar el aprendizaje a diferentes escenarios, así como en sus posibles distractores (conducta y emociones) y potenciadores (oportunidades de aprendizaje).

Tiene en cuenta el aprendizaje en cuatro ámbitos:
– Formales y reglados: como el que ocurre en el colegio.
– No reglados: como el que ocurre en academias o actividades de ocio.
– Informales: como el que ocurre en el día a día cuando les enseñamos a lavarse los dientes, o a atarse los cordones.

Durante las sesiones de psicología educativa, hacemos estimulación cognitiva de las diferentes funciones cerebrales: atención, memoria, velocidad de procesamiento, visoespacialidad, comprensión social, habilidades sociales, etc. También se abordan los aspectos conductuales y emocionales que puedan estar afectando a la capacidad de aprendizaje de nuevas habilidades, como miedos o enfados mal gestionados, que estallan en rabietas, desmotivación o apatía.
Y tenemos en cuenta aquellas situaciones de la vida diaria en las que se puede generar un proceso de enseñanza-aprendizaje (oportunidades de aprendizaje), para acompañar a la familia y la escuela en esta misión de generalizar lo aprendido en sesión.

Una vez establecidas las fortalezas y necesidades de la persona con autismo, se realizan sesiones en las que, a través de actividades lúdicas dirigidas, se facilita la construcción de nuevas capacidades y la consolidación de las habilidades existentes en todos los planos del desarrollo.

En resumen: capacidad cognitiva + conducta + emociones + oportunidades de aprendizaje = psicología educativa.